Parrocha en Asturias y Cantabria, sardineta en Levante y Baleares, sardiña, xouba o parrochiña en Galicia, mariquilla en Andalucía y sardina o parrotxa en País Vasco. Huele a verano, huele a San Juan, huele a sardina. El olor de la sardina asada no hace más que traernos ahumados recuerdos como, rojizas puestas de sol, noches sin chaqueta y alguna que otra hoguera.
Y es que la sardina es un pescado de primavera-verano, prefiere la aguas cálidas y más salinas, y es durante está época cuando se acerca a la costa a desovar, siendo su carne más grasa y convirtiendo en manjar de cena con amigos. No se sabe si le gusta la fiesta, pero si la noche, ya que es entonces cuando más se acerca a la superficie, a tan solo pocos centímetros, haciendo que el agua aparezcan argenteos resplandores. Bonito, sí, aunque quizá no tanto para ellas, ya que es entonces cuando se hacen visibles y vulnerables al ser humano (esto cuando no estaba extendido el sonar).
Especie móvil y global, viaja en grandes cardumenes desde Senegal a Noruega, habita el Mediterráneo, Índico y el gran Pacífico. Artes de enmalle, cerco y arrastre son los artes utilizados para su captura independientemente de la nacionalidades.